

Asimismo, fue muy impotante la impresionante ciudad-palacio de Madinat al-Zahra, que desafortunadamente fue destruida durante la guerra civil que precedió a la desaparición del califato de Córdoba.
También hay buenos ejemplos del arte musulmán fuera de Córdoba, como la mezquita toledana de Bib al-Mardom, posteriormente convertida en la iglesia del Cristo de la Luz.
Otros ejemplos esenciales de la arquitectura en Al-Ándalus son: de la época de los reinos de taifas, el Palacio de la Alfajería (Zaragoza); del tiempos almohades, la torre de la Giralda y la torre del oro (Sevilla); del período almorávide, el castillo de Monteagudo (Murcia), y sobre todo, el palacio granadino de la Alhambra, obra cumbre de los nazaríes.
Los primeros seguidores de Mahoma fueron pueblos nómadas procedentes de la península Arábiga, con escasas tradiciones artísticas, en contraste de los imperios que conquistaron posteriormente. A medida que se expandió, el islam asimiló las distintas tradiciones culturales y artísticas de los pueblos sometidos, instaurando así un estilo artístico propio, que varía de acuerdo con las diversas áreas climáticas o los materiales disponibles.
El desarrollo del arte islámico desde el siglo VII al XVIII se divide en tres periodos.
1. Etapa Califal;
2. Etapa Reinos de Taifas y Almorávide;
3. Etapa Granadina.
Dos rasgos dominantes del arte y la arquitectura islámicas, la importancia de la decoración caligráfica y la composición espacial de la mezquita, estuvieron íntimamente ligados a la doctrina islámica y se desarrollaron en los primeros tiempos de su religión.
El arte musulmán de Al-Andalus se desarolló según los cánones religiosos, las influencias orientales y la propia personalidad de los artistas, influenciadas muchas veces por técnicas o motivos constructivos y decorativos pre-musulmanes.
Los edificios mejor conservados son las mezquitas y los palacios. Los elementos arquitectónicos que fundamentalmente utilizaron para su construcción fueron:
• la columna
• el arco de herradura, que alcanzó una rica variedad (apuntado, lobulado …)
• la bóveda (de arista, nervada)
• la cúpula gallonada, aunque en Al-Andalus prefirieron la cubierta de madera, con yeserías.
Aparte de los materiales nobles, como mármol y la piedra, usaron la madera, el ladrillo y el yeso, lo que les permitió amplias aperturas y la sensación estética de una arquitectura ágil, poco pesada. En los palacios supieron coordinar maravillosamente los espacios habitables con los espacios abiertos en forma de jardines, patios con estanques o fuentes, etc.
Los motivos decorativos de los edificios son casi exclusivamente geometricos (alicatado), vegetales (ataurique) o de escritura (caligráfica) por cuanto el Coran prohibe las representaciones humanas.
Los azulejos alicatados, los mocárabes y los minaretes son elementos decorativos típicamente árabes.
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