viernes, 9 de mayo de 2014

DECIDIDO

Decidido está que este verano no me voy a quedar viendo la vida pasar en frente al televisor. Las rutas se terminaron. Está decidido gracias a Ramón Sánchez. El hecho de conocerle a través de su blog me ha permitido abrir los ojos todavía más a una realidad circundante. Cuando un grupo de personas nos deja más momentos de sinsabores que de alegrías es claro que debemos salir de ahí. Abandonar. Dejarlo que siga sin nosotros. Yo soy autentica y me valoro. Sé quien soy y a dónde voy.

Nadie puede dañarme si yo no le dejo que me dañe. Hay personas que son malajes. Viven para hacer el mal a su prójimo. Habladurías y más habladurías. Cosas que no les llevarán demasiado lejos en la vida, aunque piensan que si. Desde hace tiempo sé que el refrán "amigo reconciliado, enemigo doblado" se suele cumplir a raja tabla. Acepte una petición de alguien que no esperaba que se volviera a cruzar en mi camino, pues tal vez buscaba una explicación al hecho de que hace meses me diera de lado. Esa explicación no me convenció. No soy fácil de engañar. Es lo que tiene la vida, que de tantas trampas que nos ponen algo aprendemos. Aprendemos a no confiar en excusas de mal pagador. Después de todo, si se van de mi lado ciertas personas, a mi que me importa. Casi lo prefiero. "A enemigo que huye, puente de plata", dice un dicho popular.

Hace tiempo que venía dándole vueltas al asunto. Antonio me aconsejó hace meses atrás. Lo recuerdo bien. Me dijo que dejara de relacionarme con ciertas personas de mi entorno que me estaban haciendo mal. Una vez más mi maestro tiene razón y tendré que dársela. Gracias Antonio. Sin ti no sé que hubiera hecho en la vida. Personas de valor son las que me interesan. Las que me aportan. Las que saben de que trata la vida. Las que han sufrido en sus carnes la pérdida de un hijo, de un padre, de una madre,...

Pedí a Dios una señal sobre lo que debía hacer. He recibido esa señal por partida doble o quizás triple, pero me ha costado mucho verla con tanta nitidez como la observo ahora mismo. Es tiempo de cambiar de aires, de abrazar, de estar junto a la persona que amo... es tiempo ya de empezar a vivir lo que siento que debo vivir en un país distinto y junto a quien me ha demostrado ser un hombre muy cabal conmigo. 

Tengo miedo. Negar que no lo tengo sería una estupidez por mi parte. No soy estúpida, aunque a veces lo parezca. No permito que la gente me ningunee. Eso es así de claro. Hay personas que si las dejas te tratan como un trapo. Te usan primero y luego te botan por el piso. Sé de lo que hablo. No puedo evitar, como me dijo Sabela, sentir resentimiento en mi interior. Es un trago amargo que me daña porque mi ego siente que alguien que le ha ofendido viene de nuevo con toda su saña contra mi. El ego es malo. Lo sé. Aunque pienso que a veces salva vidas. Si no tuviera ego posiblemente perdonaría y perdonaría al que fue mi pareja durante años... ¿Y dónde estaría ahora? 

A veces ser confiada trae algunas consecuencias nefastas, pero tampoco quiero perder de conocer a personas que conformaran un elenco de bendiciones en mi vida. La contrapartida es que por cada diez personas que me voy encontrado existe una que busca molestarme como si con ello fuera a ganar algo. Es triste, pero estoy perdiendo la fe por este lado del mundo.

Quizás el hecho de no tener verdaderos problemas nos hace burlarnos de los sentimientos, emociones y opiniones del otro o ¿es por tenerlos que nos burlamos todavía más? 

De ahora en adelante también sé que el facebook no es necesario para vivir. Se puede vivir estupendamente sin facebook e incluso ser más feliz que con él. Me tendré que poner a ello. Concienciarme de que no es necesario tener un perfil en una red social para ser alguien. Por el momento voy a esperar a que este ciclón mejicano se aleje de mi y a ver que pasa. Las lluvias torrenciales azotaran porque yo he sido la que ha destapado la caja de Pandora. Soy consciente de ello. Todo lo que me viene es fruto de lo que le dije a mi compañero Alejandro, pero es que estaba harta ya de escucharle como una plañidera quejarse de todo el mundo cuando él es el menos indicado para hacerlo. Me agotó. La última salida fue como para pegarse un tiro en las sienes. 

¿Cómo se puede ser tan hipócrita y luego a través del facebook hacer bromitas con canciones? Me dije a mi misma, si esto hace con los demás, ¿Qué no dirá de mi? Me lo puedo imaginar poniéndome a caer de un burro, pero por primera vez en mi vida puedo decir que me importa un bledo. No me importa nada porque como decía Luz Casal, tu juegas a engañarme y yo juego a que te creas que me importa... conozco tus jugadas y se mantenerme en las distancias cortas...

Resentimiento que probablemente no puedo solucionar por estar relacionándome con estas personas día tras día y ver en sus ojos la mentira asomando, escondiéndose para no ser vista a plena luz del día. Ahora sé que el círculo no es sano, que ahí me metí yo solita y que soy yo la que tiene que salir de ahí más antes que después. No me gustan las personas que no son capaces de respetar una opinión ajena. Nunca me han gustado. Todas aquellas que juegan a poner a los demás a prueba. Jamás hago nada premeditado. Dejo que los demás se acerquen a mi y me cuenten sus cosas. Cuando lo hacen, escucho con atención y veo si debajo hay amor o hay otros sentimientos perniciosos como la envidia. Noté que hay envidia y mucha a mi alrededor. Falta de autenticidad y sólo esperaba un "disculpas" o un "perdón" que nunca llegaron. Me adelanto a pedirlo y no veo aceptación ni entendimiento y es que donde no hay no se puede quitar y cada cuba huele al vino que lleva en su interior.

¿Y ahora como solucionar para avanzar un paso por delante de todo ello? Será cuestión de días. No albergo odio en mi interior por ninguna de estas personas, simplemente que pienso que ya no puedo confiar en ellas, porque quien traiciona una vez o más... ¿Qué le va a hacer cambiar? Posiblemente, nada le haga cambiar y si hay alguien que le haga cambiar no seré yo.

Por Elsa López Raña_ 8 de Mayo del 2014


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