martes, 6 de mayo de 2014

MAESTROS

Mi maestro no tiene nombre.
Mi maestro podría ser cualquiera,
incluso uno mismo, si te lo propones.

Mi maestro,
esa persona,
esa personalidad,
con el carisma de un líder espiritual...
que no religioso...
no va adoctrinando mentes por la vida
sino compartiendo dudas y temores.

Mi maestro es un Don Nadie,
un Señor de pollinos,
un mercachifle a sueldo,
que antes de ser poeta fue loco.

Mi maestro es un golfo,
mujeriego y vividor,
un estúpido curioso,
uno más de cualquier montón.

Y ahora preguntarán los alumnos:
- ¿Dónde y cuándo nació?
- Si yo no sé como se llama,
¿Cómo sabré de su profesión?

Tal vez lo parió una mujer impía,
sin casta y sin pudor,
en una noche de tormenta
a la lumbre de algún fogón.

No sé donde, no se cuándo,
y no necesito saber mucho,
pues con lo poco que sé
con eso ya me contento.

Y así me despido por hoy,
dando gracias a los maestros.
Maestros que son de la vida,
profesores los hay a cientos.

A mis maestros que lo fueron y lo son.

Elsa López Raña_ 7 de Mayo del 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario